Txema Menéndez
Saber dónde estamos para poder cambiar de rumbo
Actualizado: 20 oct 2021
Vivimos unos tiempos turbulentos en los que a diario se habla de la necesidad de cambiar, de procesos de transformación interna, de golpes de timón para adaptarnos a nuevas situaciones de forma que seamos capaces de sobrevivir primero y de prosperar después.
Y muchos de estos intentos de cambiar fracasan porque se copian recetas de otros o porque no se sabe a ciencia cierta cuál es la situación de partida. En otros blogs hemos visto cómo la cultura organizacional debe ser generada internamente, pues cada organización es única y funciona en su propio contexto. Y en cuanto al punto de partida, si no sabemos en qué situación estamos es imposible diseñar proyectos de transformación viables.
Supongamos que estamos viajando en un barco velero en una travesía por el Mediterráneo, por ejemplo, desde Alicante hasta Mallorca. Es de noche y hay una densa niebla. Si no contásemos con un sistema de navegación que nos indique en primer lugar dónde estamos y a continuación cuál es el rumbo a seguir para llegar a nuestro destino programado solamente llegaríamos a Mallorca por casualidad.

Lo mismo sucede con los procesos de cambio cultural en las organizaciones, destinados a alinear su cultura corporativa con su estrategia. Es preciso conocer con precisión nuestra posición actual, nuestra cultura organizacional real, para poder llegar a nuestro futuro planificado.
Y es que en la actualidad la mayoría de las culturas organizacionales se han conseguido por casualidad, se han generado de forma espontánea. En muy pocos casos ha sido fruto de un proceso de planificación y ejecución.
En Hofstede Insights consideramos que la cultura de una organización se manifiesta de 4 formas diferentes:
- La cultura percibida (cómo creemos que funcionamos)
- La cultura deseada (cómo nos gustaría funcionar)
- La cultura real (cómo funcionamos en realidad)
- La cultura óptima (cómo debiéramos funcionar)
La cruda realidad es que la mayoría de las decisiones que se toman en los comités de dirección de las organizaciones se basan en la cultura percibida, que se basa en presunciones o en prejuicios y muchas veces no coincide con la cultura real.
También se oye hablar mucho sobre la cultura deseada, el paraíso laboral deseado por muchos empleados. Esta cultura ideal refleja sus preferencias emocionales y no tiene nada que ver con los objetivos estratégicos que se persiguen.
La cultura real nos indica la realidad de nuestros comportamientos y nuestras interacciones. En contra de lo que se suele afirmar, la cultura se puede medir si se sabe cómo hacerlo y se cuenta con la metodología adecuada. Se puede obtener en base a encuestas online y aporta una información muy valiosa para la reflexión y para la toma de decisiones.
La cultura óptima es la forma en que debiéramos comportarnos para estar alineados con los objetivos estratégicos. Está totalmente relacionada con la estrategia y ambas debieran ir de la mano.
En un estudio presentado en 1989 el consultor japonés Sydney Yoshida estimaba que el comité de dirección de las grandes corporaciones era conocedor del 4 % de los problemas conocidos por los empleados de a pie, lo que significa que se llegan a tomar grandes decisiones estratégicas siendo desconocedores del 96 % de los problemas. Este estudio concluía que el hecho de que los directivos no sean capaces de entender los procesos y las prácticas de sus organizaciones desde el punto de vista de sus clientes podría suponer una notable reducción de los beneficios.
Ser conscientes de estos 4 tipos de cultura y conocer la cultura real supone una gran ventaja de cara a abordar un proceso de cambio sin tomar decisiones "a ciegas". Cualquier proyecto de transformación interna debiera empezar con una base sólida y no en base a intuiciones personales (la cultura percibida). Todo el planteamiento de Hofstede Insights sobre cultura organizacional se basa en los resultados de las encuestas online. La ventaja de nuestra propuesta para acompañar a nuestros clientes en su viaje de transformación cultural radica en 30 años de experiencia y en una metodología basada en los datos medidos (los resultados de la encuesta).